El británico Max Mosly, actual presidente de la Federación Internacional e Automovilismo, se presentará para ser reelegido máximo mandatario del órgano que controla.
Después de confirmar el año pasado que se retiraría del cargo en Octubre de este año, debido principalmente al escándalo sexual que protagonizó hace un año.
Muy probablemente, esta decisión sea un pique entre el inglés y el presidente de Ferrari, Luca Cordero di Montezemolo quien hace unos días hizo algunas declaraciones que tambalearon el acuerdo de paz entre Mosley y la FOTA, a las que el presidente de la FIA contestó.
Mosley declaró contra la acción de la FIA durante las disputas, diciendo los siguiente: "No quiero dejar el despacho presidencial como se ha especulado: que la gente de la industria automovilística me ha echado". Posteriormente, dijo que "No es bueno que los equipos contraten una agencia de relaciones públicas para decir que estoy muerto y enterrado, cuando estoy vivo y coleando. Ahora estoy bajo la presión de presentarme a la reelección", y añadió que "Realmente quiero retirarme. Pero si va a haber un gran conflicto con la industria automovilística, por ejemplo, con la FOTA, entonces no me iré. Haré lo que tenga que hacer. No es mi estilo huir de la batalla".
Por el bien del deporte, debería irse y no presentarse de nuevo a presidente, pues un cambio de aires en la presidencia del máximo órgano rector del deporte automovilístico renovaría tanto a la Fórmula 1, como a otros grandes campeonatos como el WRC o el WTCC, campeonato en guerra con la FIA, o mejor dicho, con Mosley.
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